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sábado, 9 de marzo de 2013

REGRESO AL MORTIROLO..., ¿DONDE ESTÁ EL BARRO? by PEÑU

Llevaba dos días lloviendo sin parar y suponía que los caminos estarían embarrados, por lo que decidí salir a mancharme un poco de barro y escogí un camino que a priori tendría que tener mucho mucho barro.
Me puse mis zapatillas de barro extremo y me dirigí hacia el Mortirolo, diciéndolas que nos lo pasaríamos muy bien y cuál fue mi sorpresa a medida que iban pasando los kilómetros no había rastro de barro, algún que otro charco suelto y que me daba hasta vergüenza pisarlo, mis zapatillas lloraban ya que no se estaban divirtiendo como se suponía, pero al rato todo cambió, como a 2 kilómetro de la base de nuestro amigo Mortirolo, algún simpático agricultor había arado el camino y me tuve que meter en un sembrado ¡¡¡ERROR!!!, noté como mis zapatillas se hundían en el barro hasta casi el tobillo, a la vez que las oí como volvían a llorar pero esta vez de alegría y hasta se atragantaban de no poder evacuar tanto barro acumulado
Pero ahí no acabó la cosa, ya que antes de comenzar a subir y en la misma base del Mortirolo hay que cruzar un arroyuelo (Zaire, Zaide, Dueñas,  o como quiera que se llame)  que no trae más de un dedo o dos de agua y con una anchura de medio metro escaso  y en verano incluso alguna vez le he visto seco (vamos que de un salto de atraviesas),  pero esta vez era diferente, tiene más de cinco de metros de anchura y una profundidad media de medio metro de agua, no hay alternativa hay que cruzarlo, noto el agua como llega a mojar mis gemelos sin llegar a la rodilla, un agua muy fría, pero estas son las cosas con las que nunca cuentas al salir de casa…y que hacen que cada entreno sea una aventura diferente.
Los entrenos en días con mucho barro no son rápidos, pero sin son trabajos de fuerza y potencia, y da igual que tus zapatillas sean superligeras de 200 ó 300 gramos, ya que gran parte del entreno correrás con entre 500 y 800 gramos por zapatilla.
Al final sobre 21 km de montaña, con barro, agua, cuestas, patinazos, sol, buena temperatura, un paisaje verde y marrón precioso y hasta casi alguna caída, un buen estiramiento y una buena ducha lo arreglaron todo al final, intentar algún día probar esta experiencia que seguro que repetiréis
El Peñu, PASIÓN POR EL BARRO


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